De la caléndula se aprovechan con fines medicinales sus capítulos florales, que se deben cosechar cuando están en plena floración y, si es posible, en las primeras horas del día tras la salida del sol. A esta planta se le atribuye una notable actividad antiinflamatoria, y se muestra asimismo como antiséptica, antiviral, antibacteriana, antiespasmódica, emenagoga, colerética, antihemorrágica y cicatrizante.